
Coreografía de Ushio Amagatsu/ música del compositor Yoichiro Yoshikawa y del pianista de jazz Takashi Kako
Las figuras fluyen en una dimensión extraña, con un ritmo inquietante en una halo de colores de espejismo. El paisaje es preciso y está conformado por agua, tierra y aire. Todo se mezcla casi sin tocarse.
Sin saber lo que sueña Amagatsu lo más sorprendente es imaginarse una historia: Las estaciones que se suceden, la naturaleza que habla …
Sin darnos cuenta lo hemos retenido en nuestra memoria en apariencia congelado.
Impactados por el saludo final, tan especialmente unido en alma del espectáculo, que parece una alucinación.