
Después de dos semanas de una profunda desconexión, vuelvo con esta imágen del cuaderno de viajes. En Brighton (UK) encontré esta escena sorprendente de proporciones perfectas brutalmente abandonada en la playa. Es un rastro del viejo muelle que, tras el incendio, quedó abandonado en la playa. La estructura de pilotes fuertemente amarrada a la dura playa de piedras marca una vertical atrevida, inmóvil y de un ritmo desconcertante.
Lo que queda del muelle, ya en el mar, se percibe como un espejismo, un edificio transparente de dimensiones incalculables que no tiene que luchar para quedarse sino que simplemente está.
Es inquietante cuando la ruina es tan bella.
