Los visitantes se encontrarán con sus herramientas, sus objetos favoritos o trabajos de procesos, por el suelo, en las paredes o incluso colgados del techo... Explorando el espacio se consigue ententer el mundo del artista desde más adentro.
Con este planteamiento se defiende la idea de que el arte no se tiene por que dejar en el espacio expositivo para que hable por si solo. Por mucha fuerza que tengan la piezas que se quieren mostrar, el proyecto expositivo puede convivir con ellas para potenciar su significado y comunicar un mensaje que complete la experiencia.
